martes, 22 de enero de 2013

FACTORES DE RIESGO


Muchos factores pueden afectar la presión arterial:
  • Consumo elevado de sal
  • Obesidad
  • Estrés o ansiedad
  • Consumo de alcohol
  • Antecedente familiar
  • Tabaquismo
  • Diabetes
  • Situación hormonal del cuerpo
  • Colesterol elevado

Hipertensión secundaria

La hipertensión causada por otra afección médica o medicamento se denomina hipertensión secundaria y puede relacionarse con diferentes factores.

Renal

  • Glomerulonefritis aguda
  • Enfermedad poliquística
  • Estenosis arterial renal
  • Vasculitis renal
  • Tumores productores de renina

Endócrino

  • Hiperfunción suprarrenal
  • Hormonas exógenas
  • Feocromocitoma
  • Hipotiroidismo
  • Hipertiroidismo
  • Embarazo
  • Píldoras anticonceptivas

Cardiovascular

  • Coartación de la aorta
  • Aumento del volumen intravascular
  • Aumento del gasto cardíaco
  • Rigidez de la aorta

Neurológico

  • Psicogénica
  • Aumento de la presión intracraneal
  • Apnea del sueño
  • Estrés agudo

Hipertensión maligna

Se denomina HTA maligna o acelerada al síndrome clínico caracterizado por HTA grave (presión diastólica superior a 120mmHg), insuficiencia renal, hemorragias y exudados retinianos.
Como posibles síntomas de HTA maligna tenemos:

  • Cefalea intensa (dolor de cabeza muy fuerte)
  • Náusea
  • Vómitos
  • Confusión
  • Cambios de la visión
  • Sangrado nasal
 

HTA: el asesino silente


Si bien la hipertensión arterial (HTA) es un problema de salud común con resultados devastadores a veces, suele ser asintomática hasta etapas avanzadas. En un gran número de casos, la HTA se detecta cuando el paciente se hace medir la presión o acude al médico por alguna otra molestia. Debido a que en ocasiones no hay ningún síntoma, los pacientes que padecen de HTA pueden desarrollar complicaciones graves como cardiopatía, encefalopatía o nefropatía hipertensiva si no controlan su presión a tiempo con visitas periódicas al médico, hábitos saludables, chequeos frecuentes de presión y administración de fármacos.




Además de contribuir a la patogénesis de la cardiopatía isquémica y de los accidentes cerebrovasculares (ACV), la HTA puede producir una hipertrofia cardíaca, disección aórtica e insuficiencia renal.
Los efectos perjudiciales del aumento de la presión arterial se incrementan de forma continua conforme lo hace la presión: no existe un umbral claramente definido que distinga entre riesgo y seguridad.

Una presión diastólica mantenida de más de 90mmHg, o una presión sistólica mantenida mayor de 140mmHg constituyen hipertensión; la presión arterial sistólica es más importante que la diabólica para determinar el riesgo cardiovascular. Existen varios grados de hipertensión arterial:


Alrededor del 25% de las personas de la población general son hipertensos. La prevalencia y la vulnerabilidad a sufrir complicaciones aumentan con la edad; también es mayor en afroamericanos.

La reducción de la presión arterial disminuye también de forma llamativa la incidencia y la tasa de mortalidad por cardiopatía isquémica, insuficiencia cardíaca y ACV







HOMEOSTASIS: equilibrio corporal

La presión arterial es uno de los parámetros corporales que más necesita de una estrecha regulación para mantener el equilibrio, también llamado homeostasis. La homeostasis comprende un limitado rango de parámetros fisiológicos dentro de los cuales nuestro cuerpo funciona a la perfección.





La hipotensión o presión arterial baja da lugar a una nutrición inadecuada e insuficiente de los diferentes órganos, pudiendo llegar a provocar una disfunción o la muerte del tejido. Por el contrario, la hipertensión o presión arterial elevada, que da lugar a un flujo sanguíneo superior a las demandas metabólicas, no proporciona ningún beneficio adicional, sino que podría incluso provocar una lesión en los vasos sanguíneos y en los órganos finales. 




Por lo tanto, podemos concluir que es muy importante mantener controlada la presión arterial ya que pequeñas desviaciones de los valores normales podrían causar serios problemas de salud.


TENSIÓN ARTERIAL


La presión o tensión arterial (TA) corresponde a la fuerza que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias. La TA sirve para impulsar la sangre desde el corazón hasta sus diferentes puntos de destino en el organismo a través de las arterias. 
Si la TA fuese nula, la sangre se quedaría totalmente estancada y los tejidos del cuerpo no recibirían los suministros necesarios par su supervivencia. 
Por lo tanto, la TA es una fuerza motriz imprescindible para la vida.


TA sistólica y TA diastólica
La TA sistólica (máxima) y la TA diastólica (mínima) no son dos formas distintas de presión arterial sino dos momentos diferentes de la presión que cambian de acuerdo a múltiples factores. El factor fundamental que hace cambiar a la TA es la contracción de los ventrículos (sístole) que se produce automática y espontáneamente aproximadamente cada segundo de nuestras vidas. 

La TA que existe en las arterias durante el tiempo de reposo del corazón (diástole) se conoce como TA diastólica o mínima ("la baja"). Suele ser de aproximadamente 80mmHg, que es una cifra suficiente para impulsar la sangre y mantener su flujo continuo hasta todos los órganos y tejidos diana del cuerpo. 

Durante la contracción ventricular, la entrada de sangre en la arteria aorta y sus ramas determina que la TA aumente transitoriamente. Este aumento momentáneo de la TA, que corresponde con cada latido del corazón, se conoce como TA sistólica o máxima ("la alta"). Esta suele ser de 120mmHg. 
  

Valores normales de TA
Los milímetros de mercurio (mmHg) son las unidades convencionales que son más usadas por los médicos. La medición de la TA se realiza con la ayuda de un fonendoscopio y un esfingomanómetro.
ESFINGOMANÓMETRO
FONENDOSCOPIO

El esfingomanómetro se coloca en el brazo del paciente para poder inflarlo posteriormente y el fonendoscopio se utiliza para poder auscultar al paciente y medir la TA.



En un adulto, las cifras normales de TA se ubican por debajo de 140mmHg en TA sistólica y 90mmHg en TA diastólica.
Cuando se escriben estas cifras, se pone la TA sistólica separada de la diastólica por un guión o una barra inclinada: 140/90 o 140-90 mmHg
El valor óptimo o ideal de la TA es de: 120/80 mmHg


INTRODUCCIÓN

Vasos sanguíneos

Las arterias son vasos sanguíneos por los que discurre la sangre oxigenada desde el corazón hacia los tejidos periféricos, mientras que las venas son vasos sanguíneos por los que pasa la sangre desoxigenada desde los tejidos periféricos hacia el corazón.

Circulación

El corazón tiene 4 cámaras: 2 aurículas y 2 ventrículos; distribuidos en dos partes principales: bomba cardíaca derecha y bomba cardíaca izquierda. Cada bomba a su vez comprende una aurícula y un ventrículo que se encargan de recibir y bombear sangre respectivamente. La aurícula derecha recibe la sangre desoxigenada de todo el cuerpo a través de las venas cavas superior e inferior para luego enviar toda esta sangre hacia el ventrículo derecho a través de la válvula tricúspide. El ventrículo derecho a su vez se contrae para enviar la sangre a los pulmones a través de la arteria pulmonar. Una vez en los pulmones esta sangre se oxigena en los alveolos pulmonares para luego regresar, cargada de oxígeno y nutrientes a la aurícula izquierda, desde donde pasa al ventrículo izquierdo a través de la válvula mitral. El ventrículo izquierdo a su vez, se contrae para impulsar la sangre a todo el cuerpo a través de la arteria aorta. 


El ciclo cardíaco consta de dos momentos: sístole y diástole. La diástole se caracteriza por un período de relajación ventricular en el cuál los ventrículos reciben sangre de las aurículas; mientras que la sístole consiste en un período de contracción ventricular en el cual la sangre se bombea hacia los pulmones (bomba cardíaca derecha) y hacia todo el cuerpo (bomba cardíaca izquierda).